Cabe constatar, además, que entre los objetivos de este comunicado no encuentra lugar la intención de generar ofensa alguna ni suscitar ninguna forma de animadversión. Por el contrario, simplemente se pretende informar y, de ser posible, fomentar un carácter reflexivo en el lector, cuyos tiempo y atención son considerados fundamentales en este proceso.
Previo a la exposición del punto central, han de ser establecidos los preceptos, imprescindibles para la compresión plena de la materia en cuestión. Con respecto a éstos, puede afirmarse que la sucesión lógica es impecable y más que satisfactoria.
En torno al contenido como tal, desde el punto de vista de la forma, queda en manifiesto el apropiado uso de los recursos de los cuales se dispone, sin la necesidad de reforzar la sintaxis con elementos innecesarios. No se pretende emplear herramientas ambiguas o complejas, ni ninguna figura retórica con la finalidad de decorar la sustancia del texto o de disimular la ausencia de la misma.
Son pues, bien conocidos por todos, los precedentes sobre los cuales gira la serie de proposiciones y consecuencias.
Es igualmente destacable la prevalencia de la insignificancia del tiempo en que este texto pueda o deba ser leído, sin abarcar revisiones acerca del concepto de vigencia que naturalmente pueda resultar constante o diverso.
Con toda la información pertinente expuesta claramente y sin nada más que añadir, me siento en la obligación de agradecer al lector por ceder unos cuantos minutos de su tiempo a este escrito. Espero que toda duda se encuentre efectivamente clarificada.
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